Este reportaje fue publicado originalmente en The Clinic. Lo voy a publicar aquí en enREDando por que es uno de mis trabajos favoritos. Ya han pasado varios años desde este trágico hecho sucedido en los colegios de los Estados Unidos, y si bien los medios no se han vuelto a referir a fenómenos como estos, creo que la creciente cantidad de armas de fuego que circulan entre los jóvenes chilenos y las nuevas formas de discriminación hacia las personas diferentes, pueden terminar convirtiendo algún colegio chileno  en un Columbine. Esperemos que no.

Columbine from Chile

El 20 de Abril de 1999, el mismo día del nacimiento de Hitler, Erick Harris y Dylan Klebold vestidos al mejor estilo de Matrix con abrigos negros y armados hasta los dientes, entraron a la cafetería de la escuela secundaria de Littleton y como si de un videojuego se tratase, abrieron fuego y dispararon a todo lo que se movía a su alrededor. Un año después, en los baños y paredes del mismo colegio comenzó a aparecer una frase escrita que decía, “Va a volver a pasar, se lo merecen”.

Para Eduardo Ferrada un Chileno que estudio en un escuela secundaria de Denver cercana a Columbine, lo que paso era obvio, “acá los Atletas y las porristas huecas son los dueños de los colegios y son tan, pero tan crueles, que entiendo la rabia de estos chicos que fueron marginados, molestados y discriminados durante 17 o 18 años, sólo por ser diferentes.

Daniel Vak Contreras

Eduardo Ferrada se define así mismo como un chileno con pasaporte gringo. “Yo nací en Estados Unidos, pero mis padres son chilenos y el primer idioma que aprendí fue el español, siempre me he sentido un chileno más, no me identifico con nada de la cultura gringa. Aunque yo haya nacido aquí, como me llamo Eduardo, hablo diferente y tengo tez morena, para ellos yo siempre seré un mexicano sucio”

Ferrada, según cuenta él mismo, en el liceo nunca fue un atleta, hablaba diferente, le costo aprender el ingles, tiene un nombre latino y no es precisamente un blanco anglosajón, razones suficientes para ser discriminado y molestado por sus compañeros de curso y de colegio.

“En los colegios gringos existe una jerarquía. Los dueños y reyes del colegio son los atletas, los jugadores de fútbol americano y las porristas huecas, esta gente casi siempre tiene mucho dinero, además como no se viste uniforme, y se le da mucha importancia a la cantidad de dinero que tu tienes o no y a la ropa que te pones, los atletas se creen con el derecho de molestar y pasar a llevar a  cualquier persona, sobretodo a los mateos, a los que tocan música  en la banda del colegio  y los que se visten raros como los  chicos de Columbine, todo este tipo de personas están en el último lugar de la escala social de un colegio gringo”

Erick Harris y Dylan Klebold, no eran precisamente lo que podemos llamar pobres, de hecho el padre de Klebold era un destacado Geólogo dueño de una mansión y en su patio tenia seis autos BMW último modelo. La razón por la cual estos chicos eran molestados fue su ropa y su forma de vestir, ellos Harris y Klebold eran admiradores de la música gótica y se vestían con ropas negras, cadenas e incluso algunas veces usaban peinados raros. “Ellos siempre andaban mirando hacia abajo, pues si se atrevían a mirar hacia arriba los atletas de la escuela los empujaban contra los armarios y les gritaban maricones”, contaba Makala Scrodin a los noticieros locales, un día después de la tragedia.

“No es que yo encuentre bonito los que hicieron, agrega Ferrada, pero imagínate una vida llena de burlas constantes, entonces estos cabros soltaron más de 10 años de Rabia, de ser insultados, mucha gente se entero de lo que ellos sufrían después de la masacre, incluso eran apedreados y les tiraban botellas desde los autos, más encima los profesores los acusaban de cosas injustamente, y casi siempre estaban a favor de los atletas que son la aristocracia del colegio Columbine”

Yo me acuerdo muy bien de aquel día, en ese año yo ya estaba en la universidad, pero mi hermano chico en octavo básico, y no tuvismos mucho conocimiento de lo que pasaba, hasta el día siguiente, en el momento del ataque cerraron todas las escuelas de Denver y nadie podía salir o entrar, mi papá estaba comprando, y vio a los padres de los hijos de Columbine  salir corriendo de los negocios para ir al colegio, porque sus hijos estaban ahí, a todos los sobrevivientes de la masacre los juntaron en otro colegio de primaria, cuenta Eduardo Ferrada quien actualmente está terminado su carrera en la universidad de Kansas.

Molestar, molestar, molesta

Bullying es una palabra del ingles americano que no tiene traducción en el idioma español y que poco a poco ha sido adoptada en Europa y America latina como el acto de la victimización, intimidación y el acoso escolar, en otras palabras los bullies son aquellos tipos que en el colegio o liceo abusan de su poder y les causan dolor y angustia a otros de forma constante y repetida sin tener razón alguna.

La forma de pensar de los estudiantes en los colegios es tan absurda que hasta cierto modo es difícil que alguien la entienda sin haberla vivido, agrega Ferrada, “Hubo un tiempo en la década de los 90 en que una marca de poleras estuvo muy de moda en los Estados Unidos, cierto día una chica llego a clases con una de JC penny, y los compañeros se burlaron de ella hasta hacerla llorar, ese episodio termino con su  vida social, se tuvo que ir del colegio, para una persona de 16 años es muy importante ser aceptado por los demás, otra de las cosas estúpidas que pasaban en la secundaria era que no podías usar la mochila en los dos hombros, por que entonces eras un mateo y ahí cagaste nadie te pesca”

Situaciones aisladas como la que cuenta Eduardo, o accidente más repetidos es lo que entienden los sicólogos expertos en comportamiento juvenil como Bullying. Según un informe preparado por el centro de recursos de prevención de Arizona (estado de Phoenix) un 35% de los niños Estados Unidenses se ven enfrentados a abuso verbal, un 21 % a comentarios sobre su apariencia física, y un 19 % han recibido agresión social. Según el mismo informe la mayoría de las agresiones se producen en el colegio o en las afueras del colegio.

Este fenómeno tiene consecuencias tanto en los agresores como en los agredidos, ya en 1993 un estudio demostró que el 60% de los agresores escolares habían sido condenados por delitos civiles ante de los 24 años. Por parte de los niños o niñas agredidos aumentan el aislamiento, sufre de pobre autoestima y constante depresión, en algunos casos estos problemas continúan en la edad adulta.

Ferrada tiene 23 años y espera en el futuro entrar a trabajar en el cuerpo diplomático, el nunca se sintió americano 100 % y es muy critico del sistema escolar público. “Existe una escuela que se llama Cherry Creek High School, tiene 2 casino o cafeterías como lo llaman ellos, una es para aquellos que pagan el almuerzo, en la de ricos hay una máquina de expreso y un MacDonalds, si un pobre entra al casino de los ricos sencillamente se arma una pelea”

Aquí no te puedes sentar en cualquier mesa, si te sientas en una que no es la tuya vienen las pandillas y te pegan, pero no pelean de a uno, siempre son hartos y te sorprenden, entonces la mayoría de las veces hay que aceptar no más. Los profesores ni se meten son súper buenos para leer la letra chica, no pueden hacer mucho por que las  leyes son muy especiales y por cualquier cosas los estudiantes les ponen demandas, es muy duro para los chicos que sufren los ataques por que nadie los protege, finaliza Ferrada.

En el colegio ,cuenta  con algo de nostalgia y pena, el joven que más de alguna vez sufrió la discriminación en carne propia, “había un  pasillo por el cual sólo pase cuatro veces en cuatro años, donde habían bancas para los blancos populares y atletas, otra de los negros, otra de los asiáticos pandilleros y otra de los mateos, y si te sentabas en su lugar, te echaban o te pegaban y te molestaban para el resto de tu vida escolar, por que cuando te veían de nuevo te seguían hueviando y no se cansan nunca……..yo viví eso”

El mundo al revés

La semana pasada se estreno en Chile el premiado documental de Michael Moore “Bowling for Columbine”. El autor que durante la entrega de los premios Oscar, grito frente a todo el mundo que George W. Bush lo avergonzaba, habla de la relación del pueblo de los Estados Unidos con las armas y como su sociedad se ha expandido en base a una cultura de violencia desmedida, donde se ataca a todo lo diferente y se invade a los países que han intentado un camino diferente al ordenado por Washington.

Hablamos con Courtney y Mindy, chicas norteamericanas que pertenecen a un programa de intercambio estudiantil y que actualmente cursan estudios de historia y sicología en las universidades de Chile y de la Católica. Ambas tienen 21 años e hicieron toda la escuela secundaria en los Estados Unidos, la semana pasada vieron por primera vez el documental y ambas salieron un poco avergonzadas de la imagen que verá el mundo de su país, pero ambas concuerdan que el filme no está lejos de la realidad.

Mindy es una chica sensible y mira la película desde un punto de vista cristiano y reconoce que “a mi me dolió ver la película, me da un poco de vergüenza de ver los valores que tenemos como sociedad y como los medios de comunicación manipulan la información”

Courtney se declara agnóstica, estudia sicología y cree que uno de los problemas de la sociedad de los EE.UU. “es que nuestra sociedad se quiere mostrar perfecta y sin problemas, donde todos somos buenas personas y que aceptamos la diferencia, cuando en la realidad el “american way life” no existe y muy pocos pueden llegar a obtenerlo, y lo peor es que tratamos de ser una sociedad abierta que acepta a las personas, pero a la fuerza, la verdad es que somos muy prejuicios y no lo queremos aceptar”

Frente al tema del Bullied ambas reconocen que la adolescencia es la peor época que se puede vivir en los Estados Unidos, y la única palabra con la que la pueden definir es atroz.

La adolescencia, agrega Courtney, es una construcción de la sociedad gringa. Todos los jóvenes tienen el deseo de ser parte de los triunfadores, y si uno se aparta un poquitito de la normalidad te discriminan al tiro, y más encima te molestan, allá los chicos son muy crueles.

Quizás suene extraño pero para Mindy, en algunas cosas los estudiantes de la Católica se parecen un poco a los de Estados Unidos, ya que son muy cerrados tienen sus grupos propios y no se dan el tiempo para conocer la gente.

Courtney, estudiante proveniente de Minnesota y que también ha estudiado en Sudáfrica, nos cuenta en un perfecto español que “la gran diferencia es que en Estados Unidos la adolescencia termina a los 18 años y tienes que irte de la casa, no es como acá que hay adultos de 30 viviendo con sus padres, eso para nosotros es muy raro”.

Debido a esto, los estudiantes de secundaria viven muy presionados y estresados, por que se juegan todo su futuro, la universidad, el trabajo y mucha de tu vida depende de cómo salgas de la secundaria, muy pero muy poca gente se queda viviendo con sus padres, entonces sales del colegio y te las tienes que arreglar solo, finaliza la chica de ojos verdes.

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