AMBIENTACIÓN: LA MUJER Y EL NIÑO

Todo esto comenzó a aumentar en intensidad, ya no tan sólo  aparecer en mis sueños, sino que diariamente veía a mi dama pasear dentro de  mí cabina, ella llegaba  al puente de mando y en los controles de los transportadores aparecía el niño jugando. Él corría  sin parar,  siempre con su mirada melancólica , eran ciclos tras ciclos de realidad y fantasía.  Mí amada brindaba palabras y miradas, mientras el chico aparecía y desaparecía.

Así mi vida se limito a la cabina y a las psicodrogas,  comer o pintar eran cosas innecesarias. Tan solo quería disfrutar mi fantasía real, ver a mi hermosa mujer y estar con ella, al cerrar los ojos las sensaciones eran mil veces mejor que las creadas por la cámara de simulación.

Sí ahora que es casi amor. Me asusta sí,  tan  solo sueño y vivo para ella, sin poder distraer mi mente de aquella mujer y su paisaje, cansado y con el cuerpo flácido, me recuesto en el colchón de aire y duermo. Temo que no sea así.

Despierto con el sol quemando mi rostro y el sudor mojando mi cuerpo, sintiendo miles de aguijones en mi piel. La hierba me cubre por entero, pegándose a mí, meciéndose de lado a lado, la brisa golpea mi cara y veo a los enanos danzando en el cielo con sus inmensa barbas blancas a punto de caer sobre mi.

Me doy cuenta donde estoy, miro a mi alrededor y la busco, la encuentro y una vez más la veo.  Pero esta vez es diferente no me mira ni dirige palabras hacia mi.  Pero es ella, estoy seguro. es el mismo paisaje, el atardecer, el sol, las nubes junto con la hierba y todo es igual a aquel día.

Excepto por que no esta el pequeño. ¿Dónde esta él?

Busco, corro, miro, y no lo encuentro, todo es igual excepto que esta vez,  veo a la mujer hermosa y a un maldito pintor…………

FIN

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