Tengo que aceptarlo he cumplido 33 años y la vida me ha derrotado. La verdad es que no he podido pagar mi título universitario, no tengo casa, ni auto. Mis mayores tesoros son mi computador, mis libros y mi polera de Bob esponja. 
además  el programa de televisión en el cual estaba trabajando, ya se ha convertido en un mito urbano, absolutamente nadie sabe cuando saldrá al aire.Oh dios

Pero lo peor de todo, no es mi propia realidad si no que las de mis amigos de 30.  Nunca vi la teleserie generacional de TVN, pero por lo que me comentaron, nada tiene que ver con la realidad de mis amigos y mis conocidos, y la mía por supuesto.

Ayer mi amigo de toda la vida Rodrigo,  celebro su cumpleaños numero 33. Cuando recibí la invitación me alegre,  como estoy soltero de primavera, pensé que habría gente con quien conversar, tomarse un trago y quien sabe hasta salir a bailar o hacer algo en algún bar de Santiago. Gran error, gran.

El cumpleaños fue celebrado a las 6 de la tarde, para que todos los invitados puedan asistir. El razonamiento detrás de esto, es que todos mis amigos están casados y tienen hijos. Esto yo lo sabia, pero solo ayer cuando llegue a ese salón y puede ver muchos  niños y coches de bebe por todos lados, fue cuando me di cuenta que parte de mi vida social  estaba acabada. De hecho la esposa de Rodrigo esta esperando su segundo hijo. 

En asa mesa  había completos, galletas, dulces, bebidas, y leche con chocolate. Pero por Dios pensé esto es una once, o un cumpleaños de niños de 7 años, casi me pongo a llorar ahi mismo, pensando que era una cámara indiscreta. Pero no. Esa era la triste realidad, ninguno de mis amigos podría salir esa noche, es más Mauricio, se fue a las 9  por que su niño el Benja se acuesta temprano.

Así que nada de bares, nada de mujeres, nada de aventuras y por su puesto nada de juergas y diversión al lado de un trago. Yo en un desesperado intento de sobrevivir a la vida de adulto, llame a  mi primo (también llamado Mauricio) para invitarlo a tomar algo, pero su respuesta fue demoledora. "Debo cuidar a mi esposa, esta con gastritis y no tengo con quien dejar a los niños"

En definitiva, eran las 12 de la noche cuando entre a un bar de Manuel Montt, me tome una cerveza y después de darme cuenta que necesito amigos nuevos,  comencé a caminar rumbo a mi casa. Y mientras recorría Providencia, me preguntaba a mi mismo, donde quedo el Rock and Roll.

Por suerte viene Pearl Jam a Chile, y a mis 33 años no me perderé la oportunidad de ver a esta gran banda. Cuando yo tenía 20 no pude ver a Nirvana por que nunca vinieron a nuestro país y uando tuve la oportunidad de viajar  a Argentina a ver su concierto, no fui de puro tonto, pero esta vez no dejaré pasar la oportunidad.

 Y aunque la fecha de mi matrimonio este cerca y algún día yo tenga hijos, no dejaré -por lo menos en mi vida- que el Rock muera.

Comparte